¿Comer o no comer antes de hacer ejercicio?
Ahí esta el dilema
Este tema ha sido objeto de múltiples estudios, algunos más serios que otros y ha sido, llevado y traído en el medio del acondicionamiento físico durante mucho tiempo.
Vale la pena considerar algunos factores relacionados a la teoría de que ejercitarte con el estómago vacío te ayudará a bajar de peso o quemar grasa.
El permanecer largos periodos sin consumir alimentos es una factor que alentará tu metabolismo, y a la larga eso puede contribuir a que conserves más grasa e incluso, almacenes nueva aún cuando hayas pasado horas en el gimnasio.
A pesar de que lo que se pueda creer, el ser humano, realmente quema un porcentaje menor de grasa durante el ejercicio del que se piensa, se estima que solo quemamos
del 10 al 15% de la energía que usamos durante el día mientras nos movemos o ejercitamos, la mayoría de la quema de calorías sucede durante el estado de reposo, (hasta el 70%) periodo en el que nuestro cuerpo también necesita energía para mantener nuestros órganos, funciones y tejido en optimas condiciones, nutrido y en caso necesario, sanando. El resto la usamos al metabolizar alimentos. La gráfica a un lado de este párrafo ilustra el consumo proporcional de energía de cada caso.
Se dice que no consumir nada antes de hacer ejercicio, provocará el uso de la energía almacenada y que si tienes comida en el estómago y nutrientes en el flujo sanguíneo, no usarás la energía de reserva, suponiendo que esto fuera cierto (no se ha podido comprobar) entonces nuestro rendimiento e intensidad dependerá solo de lo que tengamos disponible, pero entonces una persona con sobrepeso tendría energía para estar horas y horas y horas en alta intensidad.
La energía que somos capaces de usar y la intensidad con la que podemos ejercitarnos, están más bien relacionadas a nuestra condición físico atlética, el cuerpo se las arregla para disponer de la energía de donde tenga que tomarla, ya sea del oxígeno, de nuestro torrente sanguíneo, de las reservas de grasa o incluso de los músculos, de ahí que no se recomienda entrenar por periodos prolongados y evitar entrar en estado catabolico, que es cuando nuestro cuerpo a falta de nutrientes, consume el propio músculo como fuente de energía.
Por otro lado, es una realidad, que si existe una diferencia en rendimiento cuando estás en ayuno que cuando comes algo, el nivel de azúcar en la sangre sube y por lo tanto tenemos más energía.
El no comer por periodos prolongados tiene además afectaciones al organismo, la producción de gases gástricos derivados del ayuno prolongado, nos ponen en riesgo de desarrollar desordenes de salud, que van desde la sobre-producción de gases, hasta una úlcera, el ayuno prolongado envía un mensaje de alarma al cerebro que interpreta que no recibirá alimento y por lo tanto debe conservar su recurso energético para garantizar el funcionamiento del sistema, siendo el tejido adiposo un mejor repositorio de energía que el músculo, el organismo tiende a usar el tejido muscular como fuente de energía y deja la grasa como reserva, lo que deriva en una afectación en nuestra composición corporal, disminuyendo el porcentaje de músculo.
Las matemáticas nos dan la guía. Sabemos que un gramo de grasa contiene 9 calorías, y por otro lado un gramo de proteína o carbohidratos simples, solo 4. Si comemos alimentos altos en grasa no solo estamos agregando más calorías al organismo sino que también energía en exceso, una buena estrategia sería entonces inclinarnos por el grupo de carbohidratos o proteínas y en una medida que nos permita entrenar cómodamente con la energía suficiente para ponerle intensidad a nuestra sesión de ejercicio.
Una fruta baja en azúcar como la manzana, pera, durazno pueden evitar la irritación estomacal y combinarla con un café o té endulzado con stevia nos proporcionará la energía para enfrentar nuestra rutina con fuerza y sacar el mejor provecho del tiempo que dedicamos a ejercitarnos.
Si buscamos mantener o incrementar la masa muscular, es importante tomar proteína durante la llamada ventana metabólica, incluso para aprovecharla al máximo y garantizar que tenemos los nutrientes disponibles para nuestros recién forzados músculos, el consumirla como agua de uso durante las sesiones de fuerza es una buena idea, ahora bien, si no te sientes cómodo haciendo eso, tómala dentro de los primeros 45 minutos después de tu última repetición.
En cualquier caso, los resultados de tu disciplina dependen en gran medida de tu hábitos nutricionales, el ejercicio sin la nutrición correcta, puede desencadenar desórdenes en tu organismo y lo mejor es equilibrar tus hábitos alimenticios y alinearlos a tu estilo de vida, cuidando siempre la composición de tu platos y favoreciendo siempre los alimentos más sanos y naturales.
El compromiso con tu salud debe superar todos los demás, y la belleza será consecuencia de tu misma salud, nunca debe ser a la inversa.
Te aconsejamos un pequeño bocado sano, bajo en grasas y azucares antes de hacer ejercicio, hacer rutinas de alta intensidad y poca duración, comer al menos 6 veces al día en pequeñas porciones con los macro y micro nutrientes presentes en tu plato, dormir al menos 7 horas y verás que los resultados estéticos también rebasarán tus expectativas una vez que tu cuerpo se sepa nutrido y sano.
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fuentes:medival, epcive, midcare
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